Las bacterias intestinales tienen la habilidad de metabolizar varios sustratos (lactulosa, glucosa, etc) produciendo hidrógeno y/o metano. Estos gases, cuando alcanzan los alvéolos pulmonares a través de la circulación, se eliminan en el aire espirado y de esta manera pueden ser medidos por este dispositivo. Esto permite, en forma indirecta, determinar el exceso de bacterias a nivel intestinal, valorar la intolerancia a determinados sustratos ingeridos y medir el tiempo de tránsito boca-ciego.

Los test de aire espirado son de utilidad para la evaluación del perfil fermentativo intestinal en pacientes con distensión o hinchazón abdominal, gases, dolor abdominal recurrente, diarrea crónica o constipación. Asimismo se utiliza también en pacientes con Rosácea, hígado graso, síndrome metabólico o enfermedad diverticular del colon.