La grieta del pezón, también conocida como fisura del pezón, se refiere a una ruptura en la piel del pezón, que puede ocurrir durante la lactancia materna. Las causas pueden incluir una mala técnica de lactancia, una succión demasiado fuerte del bebé, una piel seca y agrietada, la presencia de bacterias en el pezón o una infección.
Los síntomas pueden incluir dolor en el pezón, sensación de ardor, enrojecimiento, sangrado y costras en el pezón. Es importante tratar esta afección para evitar infecciones y para prevenir la interrupción de la lactancia materna.
El tratamiento puede incluir corregir la técnica de lactancia, aplicar una crema hidratante, utilizar una almohadilla de lactancia para evitar la fricción, y en algunos casos, tomar analgésicos para el dolor. Los pezones agrietados pueden aliviarse con lanolina purificada o vendas con hidrogel para retener la humedad. Si el pezón se infecta, los antibióticos tópicos pueden ser de ayuda.
Si la grieta del pezón no mejora o si hay signos de infección, puede visitar nuestro Centro de Diagnóstico Mamario